Recuerdo como si fuera ayer, cuando ingrese a la
universidad solo basto saber organizarme y claro con mucho esfuerzo a las cosas
que dediqué, y a veces tienes que sacrificar ciertas cosas, pero compensa si es
lo que quieres. Quién lo diría que desde aquel momento ya estaba aplicado el segundo principio de la economía.
Puesto que durante el tiempo que me estuve preparando para ingresar a la
universidad pude optar por ir a la playa o buscar algún pasatiempo en el cual
sea más atractiva en ese momento.

Si analizamos ya no a nivel individual sino
grupal vemos que las familias en general no tiene un presupuesto ilimitado, y
así cada mes debe decidir cómo el ingreso disponible se repartirá entre las
distintas necesidades a satisfacer: alimentación, educación, salud,
entretenimiento, vivienda y otras. Así, cuando se gasta un sol en una
actividad, se dispone de un sol menos para gastar en alguna otra.
Todos los días las empresas tienen que tomar
decisiones de inversión y financiación, con las que intentan optimizar los recursos
disponibles con la finalidad de maximizar su beneficio. Todas ellas tienen muy
presente el concepto de coste de oportunidad a la hora de analizar las acciones
a emprender; puesto que cada decisión que tomen puede ser significativamente
decisivo.
En muchas ocasiones, el gobierno como gestor económico de los
recursos y bienes públicos, decide, sobre en qué gastar y cómo para maximizar
los objetivos de la generalidad de los ciudadanos, partiendo de la máxima
económica de que los recursos son escasos, y es muchas veces que aquí se
encuentra en el gran dilema de quien debe ser beneficiado; en lo que va de mi
experiencia profesional he visto proyectos de inversión públicas (SNIP) que no fueron
otorgados viables por de la cantidad de beneficiarios a pesar de que son
proyectos priorizados por su causa, por lo que se opta por dar viabilidad a un
proyecto “más rentable” por la cantidad de beneficiarios. Dejamos que cien
familias que no cuentan con agua y desagüe sigan esperando y optamos por
construir un puente que beneficiaria quinientas familias, tomando que el costo
del proyecto es igual. Aquí viene un gran cuestionamiento: en dónde quedo que
la economía era una ciencia social porque hoy en día se ha vuelto una economía fría
en sólo números, bueno esto será punto de discusión en otra oportunidad.
El coste de oportunidad nace y muere en la
propia economía, ya que perdería su esencia si los recursos no fuesen
limitados. Este segundo principio el eje central se basa en el coste de
oportunidad en muchas ocasiones es objetivo, sobretodo en el mundo empresarial,
pero en otras muchas ocasiones está lleno de subjetividad, como en el caso de
la política económica y las decisiones personales, dependiendo de quién hace el
análisis porque entramos en 'juicios de valor'. Por ello, a la hora de
valorarlo es muy importante tener presentes cuales son los objetivos que se
quieren maximizar, y el valor que tiene para nosotros aquello que dejamos de
ganar. Porque quizás con el tiempo nos demos cuenta que la decisión que tomamos
no fue la correcta y sea demasiado tarde para remediarlo.
Eco. Dany Manuel Hoyos Pascual