lunes, 30 de octubre de 2017

Fourth Principle


Desde que nací ver a nuestra selección peruana era un sueño imposible y la clasificación cada vez estaba más lejos y la connotación ya era en son de burla. Sin embargo creo que  muchos jóvenes contemporáneos manteníamos la fe latente, que realmente el poder cantar nuestro himno nacional en un mundial si era posible.

Estamos a puertas de una clasificación del mundial tras 36 largos años y nunca vi a mi país tan ilusionado y motivado por lograr este objetivo y con ello llego a la siguiente reflexión de que el éxito en la vida no se mide por lo que logras sino por los obstáculos que superas, no cabe duda que el arte de vencer se aprende de las derrotas.

Un incentivo es algo que induce a las personas a actuar y puede ser una recompensa o un castigo. Las personas racionales responden a los incentivos debido a que toman sus decisiones comprando los costos y los beneficios. Veremos cómo los incentivos desempeñan un rol primordial en el estudio de la economía. Un economista llegó incluso a decir que la economía puede resumirse en la siguiente frase: “Las personas responden a incentivos, lo demás es irrelevante”.

Los incentivos son fundamentales cuando se analiza cómo funcionan los mercados. Por ejemplo, cuando el precio de las camisetas de la selección peruana aumenta, las personas deciden comprar menos camisetas; a su vez, el productor decide contratar más personas, con la finalidad de producir más camisetas. En suma, un precio de mercado más alto incentiva a comprador a consumir menos y a los productores a producir más. Como después se verá, la influencia de los precios en el comportamiento de los consumidores y los productores es de vital importancia para determinar cómo distribuye una economía de mercado los recursos escasos. 

Las autoridades no deben olvidar los incentivos, pues muchas de las medidas que toman alteran los costos o los beneficios que enfrentan los individuos y, por tanto, su conducta. Piense, por ejemplo, en un impuesto a la gasolina, esto motivará a las personas a usar automóviles compactos y eficientes. De hecho, ésta es una de las razones por las que en Europa se utilizan automóviles compactos, ya que en ese continente los impuestos a la gasolina son más altos que en Estados Unidos, donde las personas usan vehículos más grandes. El impuesto a la gasolina también incentiva los viajes en automóvil compartido, el transporte público y el tratar de vivir más cerca del lugar de trabajo. Si este impuesto fuera más alto, se utilizarían automóviles eléctricos. Así, al analizar cualquier medida debemos considerar no sólo los efectos directos, sino también los indirectos que en ocasiones son menos obvios y repercuten sobre los incentivos, ya que si la medida altera los incentivos, modificará también la conducta de los individuos. 

Aquí es importante resaltar el rol de los incentivos sobre la conducta humana. Cuando se diseñan políticas públicas, ya que  éstas últimas  alteran fuertemente la estructura existente de beneficios y costos. Incluso  se da el caso de situaciones en las que se producen efectos inesperados producto de un análisis incompleto de política. Consideremos por ejemplo la introducción de la legislación que impuso el uso obligatorio del cinturón de seguridad en automóviles. Su efecto directo es obvio: ya que mayor número de personas utiliza el cinturón de seguridad, aumenta la probabilidad de sobrevivencia de producirse un accidente. En este sentido, el dispositivo salva vidas y ello motivó la reglamentación vigente.

Volviendo al tema de la selección peruana no cabe la duda que nos jugamos la clasificación, tenemos por delante seguramente el partido más importante rumbo a Rusia 2018, nunca se ha logrado nada sin entusiasmo y no se fracasa hasta que se deja de intentar. El principal incentivo de la selección peruana no cabe duda es hacer historia es por ello que los jugadores, deben pelear todo como si fuera cada pelota la última, puede haber cansancio, puede haber desgaste… pero  Perú tiene que salir a dejar la vida en la cancha.

Vamos PERÚ..!!

Hagamos historia, que mejor incentivo.

Eco. Dany Hoyos Pascual

lunes, 2 de octubre de 2017

Third principle


A quien no le ha pasado que muchas veces, nuestras decisiones que se toman en la vida se ven obligadas a realizar pequeños ajustes o cambios adicionales en un plan de acción que ya existía. Nosotros los economistas lo llamamos cambios marginales. En muchas situaciones, las personas toman las mejores decisiones posibles pensando en términos marginales.


Ahora bien, una persona toma una decisión racional si y sólo si el beneficio marginal es superior al coste marginal. Es decir una persona emprende una acción solo si el beneficio marginal de éste es mayor que su coste marginal. Quizás para que se entienda mejor con un ejemplo: Supongamos que eres dueño de una compañía aérea, lo óptimo es que se vendan todos los boletos, sin embargo esto no siempre se da,  habrán ocasiones en que tendrás asientos libres, por lo que estarías dispuesto a vender un boleto de viaje a menor precio, si el avión está a punto de despegar, ya que se beneficia más de llevar un pasajero a menor coste, que de hacer el viaje con ese asiento vacío.

¿Aún no lo tienes claro? Supongamos, que le pedimos un consejo a nuestro mejor amigo sobre el número de años que debemos permanecer, estudiando. Entonces empieza a comparar el estilo de vida de una persona que tiene el doctorado con el de otra que no ha terminado los estudios primarios, podríamos quejarnos de que esta comparación no nos sirve de mucho para tomar una decisión. Puesto que ya poseemos algunos estudios y lo más probable es que tengamos que decidir si estudiamos uno o dos años más. Para tomar esta decisión, necesitamos sabes cuáles son los beneficios adicionales de un año más de estudios (unos salarios más altos durante toda la vida y el mero placer de aprender) y los costes adicionales en que incurriríamos (las tasas de matrícula y los salarios que perdemos mientras estudiamos). Comparando estos beneficios marginales y costos marginales, podemos averiguar si merece o no la pena estudiar un año más.

Con ambos ejemplos tanto como las personas y las empresas pueden tomar mejores decisiones pensando en términos marginales. Una persona toma una decisión racional si y solo si el beneficio marginal es superior al coste marginal. Al igual que las empresas solo se toma una decisión racional si y sólo si el beneficio marginal es superior al coste marginal.

Por lo general los economistas utilizan el término “cambios marginales” para describir los pequeños ajustes adicionales en un plan que ya existía. Si analizamos el significado de la palabra “margen” es la zona “límite”, por lo que los cambios marginales son los ajustes que realizamos en la zona límite de lo que hacemos. Por lo que concluimos que los cambios marginales: son pequeños ajustes adicionales de un plan de acción.

No olvidemos que se toma una decisión racional si y sólo si el beneficio marginal es superior al coste marginal Con ello concluyo la explicación del este:Tercer principio: las personas racionales piensan en términos marginales



Eco. Dany Manuel Hoyos Pascual

Tenth principle

El décimo y último principio de la economía tiene mucha relación con el noveno principio, nos menciona que la sociedad enfrenta a corto pla...